El sábado pasado, día
15 de agosto, fallecía Rafael Chirbes en Tavernes de Valldignas (Valencia), a
los 66 años de edad. Aunque sus éxitos más notorios le han llegado a este
magnífico escritor con sus novelas Crematorio,
con la que obtuvo varios premios (el de la Crítica) y fue llevada a la
televisión, y En la orilla (también
premiada con el Nacional de Narrativa), Rafael Chirbes ha sido un escritor de
largo recorrido y con justo mérito pertenece a ese selecto o escogido grupo de
escritores que nunca defrauda al lector en todo lo que este quiere encontrar en
una novela, ya sea simple entretenimiento, ya intriga, es decir, los
ingredientes perfectos para que no se pueda dejar la lectura y, sobre todo,
contado con una excelente calidad en el estilo. Chirbes es un ejemplo de esa
tradición de narradores españoles que desde Cervantes han dado lustre y
esplendor a nuestra literatura. Destacamos aquí dos breves reseñas: la primera
de una breve narración titulada La buena letra y la segunda de En la orilla.
La buena letra
Rafael Chirbes.
Anagrama, 2007
La buena letra es una novela de corta extensión pero de una
intensidad y un desgarro que conmueve al lector más impasible. Solo la
narradora se da cuenta de que después de la Guerra Civil y a pesar de lograr
sobrevivir a ella, hay otra guerra, la más cruel, la que va minando a los
personajes, que es el egoísmo, la falta de comunicación, la soledad de unos
hombres y mujeres que no consiguen ser felices, porque no logran superar el
rencor. Muy aconsejable. J.L.R.
En la Orilla
Rafael
Chirbes. Anagrama, 2013
Una
de las novelas más alabadas por la crítica durante 2013, y que ahora es
justamente reconocida con el Francisco
Umbral al libro del año. De alguna manera la historia se relaciona con la
de Crematorio, donde Chirbes se valía
de la figura de un empresario valenciano para hacer una realista crónica de la
España deslumbrante del pelotazo. El hallazgo de un cadáver en el pantano de
Olva, al inicio de la narración, es la imagen simbólica de lo que queda de
aquello. A través del protagonista, Esteban, que acaba de cerrar su carpintería
y dejar en el paro a los que trabajan para él-
víctima y verdugo- de sus indagaciones sobre el por qué llega a esa
situación, se nos dibuja un escenario
lleno de escombros y donde el dinero se muestra como el destructor de la
condición humana. R.C.P.
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