Mujer
bajando una escalera
Bernhard Schlink. Anagrama, 2016.
Autor de la tan alabada como
esplendida novela El lector, fue
motivo suficiente para que me acercara a
su nuevo libro con la esperanza de toparme con alguna historia tan redonda como
la que se recogía en aquel, aunque confieso que también con cierto temor a la
desilusión. Pero Schlink no suele
defraudar. Confieso que la lectura de esta nueva novela me ha dejado una
sensación parecida a la que tuve tras terminar El mapa y el territorio o, más recientemente, Nos vemos allá arriba. Todas historias singulares, y que
convencen al lector más escéptico de que
aún hay esperanza para la literatura. En esta historia compleja, pero que en
ningún momento despista, confunde o aburre al lector, con un lenguaje sencillo
y ágil, el autor nos narra el reencuentro del protagonista con un cuadro de una
mujer desnuda desaparecido durante décadas. A partir de ahí se conectará el
presente con el pasado, en un fastuoso juego narrativo sobre las pasiones que
desata aquella valiosa obra de arte. R.C.P.
Hamelin
Juan Mayorga. Cátedra,
2015.
La editorial Cátedra ha reunido en un solo volumen dos
obras de uno de los dramaturgos más importantes sin duda que tiene el teatro
español en la actualidad: Juan Mayorga. Con prestigiosos premios en su haber y
sus obras representadas en numerosos países, algunas incluso llevadas al cine
(la interesantísima “El chico de la última fila”), Mayorga es un hombre de teatro
en toda la extensión de esta denominación. En “Hamelin” pone sobre las tablas
uno de los temas más escabrosos y sórdidos de la sociedad actual: la pedofilia.
Con una puesta en escena absolutamente minimalista, con el fin de que el
espectador no pueda distraerse, el juez Montero intenta desentrañar las
relaciones entre el niño Josemari y su protector Pablo Rivas, quien también
ayuda económicamente a la familia del joven. Una obra llena de tensión
provocada por el tema que aborda. J.L.R.