Han sido estos días pasados fríos y húmedos pero también ha habido alguna tregua más o menos prolongada, donde un sol tibio animaba a acercarse a alguna viña del entorno de Jerez para tomar mosto y degustar un “ajo a la jerezana”. En estos días otoñales, cuando el alumbrado navideño parece un campo de competición entre las ciudades, en la nuestra las zambombas de antaño atraen a una marea humana desde todos los puntos del país, ávida de toparse con esa tradición ancestral, lo que solo lograrán unos pocos a los que la fortuna llevará desorientados por calles recónditas hasta pequeñas plazas escondidas o ruinosos patios de vecinos. Sí, en estos días, no sé si tristes o venturosos, felices o melancólicos, se nos ha ido uno de los mejores. En un día como estos, lluvioso, frío, a veces con un tibio sol furtivo, hace algunos años lo vi llegar a la plaza del Banco de nuestra ciudad. Traía una bolsa con dos publicaciones que donaba a la Biblioteca Municipal de Jerez: ‘Vida y obra de Adolfo de Castro’, el historiador gaditano cuya obra ‘El Buscapié’ fue protagonista de una curiosa anécdota en la inauguración de la biblioteca mencionada en 1873, y ‘Dos cartas inéditas de Patrocinio de Biedma y Ramón León Maínez’, este último jerezano y gran cervantista. Las visitas de Manuel Ravina Martín, el archivero provincial, a la biblioteca municipal de Jerez me resultaban muy agradables y siempre enriquecedoras por su erudición pero también por su gran sentido del humor. Era frecuente verlo consultando fondos bibliográficos patrimoniales tanto en dicha biblioteca como en el archivo histórico municipal. Seguí en contacto con él cuando pasó a dirigir el Archivo de Indias hasta su jubilación en 2019. Luego sus visitas a Jerez se mantuvieron aunque fueron poco a poco espaciándose. Se nos ha ido en estos días lluviosos, fríos y húmedos uno de los mejores, pero a muchos su magisterio nos seguirá acompañando siempre. Ramón Clavijo Provencio

No hay comentarios:
Publicar un comentario