jueves, 28 de octubre de 2010

Cuando menos lo esperamos

Hace algunas semanas al Sr. Obama le tiraron un libro a la cabeza (en esto ha mejorado sobre Bush que solo fue merecedor de una vieja alpargata). Sucedió en un mitin en Filadelfia, donde el agresor,  un escritor frustrado,  trataba de llamar la atención sobre su obra aunque fuera a costa de hacerle un chichón al presidente norteamericano (no sería de extrañar que pronto algún avispado  edite el   libro volador, esperanzado en que se venda por miles de ejemplares con el reclamo en su portada de que fue el libro que rozó la frente de Obama). Pero mientras este impresentable buscaba la fama de esa manera y no por méritos literarios, por las mismas fechas  otros  lanzaban  soflamas verbales  contra  un escritor de indudables méritos literarios.  Y es que el último blanco de los intransigentes ha sido el reciente premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa. Y  me estoy refiriendo  por un lado a las palabras pronunciadas contra él por ese actor? llamado Willy Toledo, últimamente más conocido por sus exabruptos que por su carrera artística, o al  “ínclito” Evo Morales, presidente de Bolivia. El primero no  dudaba en llamar peligroso derechista al escritor peruano, lo que a más de uno nos deja perplejos y nos hace temblar ante la posibilidad de que personajes  extremos, inclinados a la descalificación de los que no piensan como él, pudieran tener alguna vez influencia sobre nuestras vidas. En cuanto a Evo ¿qué decir? cuando no contento con haber dado en un partido “amistoso” de fútbol una brutal patada en salve sean sus partes a un contrario (al que por cierto expulsaron por juego peligroso. ¿A ver quién es el guapo que expulsa a Evo?),  tildaba luego de fanático al reciente premio de Literatura porque  sospecha  que no mira con buenos ojos su figura presidencial. La que sí nos pareció un título afortunado para un final feliz la comparación que algún medio de comunicación chileno hizo del rescate de sus mineros, cuando titulaba la noticia “el alias de Julio Verne es Luis Urzua”, en alusión al líder de los 33 mineros rescatados, y que  como todo buen capitán  salió el último de este no previsto “Viaje al centro de la Tierra”. En fin que la literatura, buena o mala, parece irrumpir en la realidad cuando menos lo esperamos. Ramón Clavijo Provencio.

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