En la magnífica escena
final de ‘Una lectora poco común’, Alan Bennett recrea una fiesta que la reina
de Inglaterra, Isabel II, protagonista de esta novela corta, celebra por su
octogésimo cumpleaños; fiesta a la que ha invitado a un buen nutrido grupo de
políticos. Y haciendo gala de ese humor inglés, tan característico de Bennett,
y seguramente que también de la reina, esta reduce a unos simples pero finos e
irónico datos estadísticos su ya longevo reinado: “En
más de cincuenta años hemos visto desfilar, y no digo hemos despedido —(risas)—
a nueve primeros ministros, seis arzobispos de Canterbury, ocho presidentes de
los Comunes y, aunque quizá no la consideren una estadística comparable, a
cincuenta y tres perros corgi”. Y más adelante, cuando se centra la reina en
esa afición, casi obsesión que en los últimos tiempos le ha entrado por la
lectura, pregunta al su atento auditorio si alguien ha leído a Proust, solo
cuenta la S.M. unas cuantas manos que se alzan sobre las conspicuas cabezas
sobre las que recae el poder político de toda la nación: “ocho, nueve… diez”.
No sin antes alguien preguntar “¿Quién?” al oír el apellido del célebre
escritor de la magdalena. Un joven miembro del gabinete, lector de Proust, al
ver que su primer ministro no tiene su brazo levantado, cree más conveniente no
alzar el suyo “pues no le haría ningún bien”. Aunque Bennett ridiculice a este
joven político por su miedo a caer en desgracia y arruinar así una prometedora
carrera de cargos y prebendas (¡cuántos paniaguados no se atreven ni a levantar
ni un solo dedo de sus manos por no molestar al político del que depende su
vida y su hacienda!), la actitud del joven nos lleva también a considerar la
vergüenza que pueden sentir muchos lectores en determinados círculos o situaciones
en los que leer es poco menos que una actividad reprobable e incluso indigna.
Hablar de libros puede convertirse en un acto vergonzante, toda una provocación
a los ojos, tras de los cuales solo hay un cacho carne. José López Romero.
Una biblioteca es lo más parecido a un laberinto, un laberinto lleno de libros, de mundos por descubrir.En homenaje a las bibliotecas y a la lectura , preside la cabecera de este blog un dibujo del pintor jerezano Carlos Crespo Lainez: "Noche de lectura".
LECTORES SIN REMEDIO
Este blog tiene su origen en la página semanal de libros de "Diario de Jerez", "lectores sin remedio", que llevamos escribiendo desde el año 2007. Aunque el blog no es necesariamente una copia de la mencionada página, en él se podrán leer artículos que aparecen en ella. Pero el blog, por supuesto, pretende ser algo más... Los responsables son los dos lectores sin remedio, de los que facilitamos la siguiente información: Ramón Clavijo es Licenciado en Historia por la Universidad de Sevilla y es actualmente Técnico Superior Bibliotecario del Ayto. de Jerez de la Frontera. Está especializado en fondos bibliográficos patrimoniales. José López Romero es Doctor en Filología Hispánica por la Universidad de Sevilla y actualmente es Catedrático de Lengua y Literatura en el I.E.S. Padre Luis Coloma de Jerez de la Frontera. Especializado en la literatura dialógica del s. XVI y en la novela del s. XIX.
No hay comentarios:
Publicar un comentario