Hoy día es rara la
editorial de nuestro país que no incorpore en su catálogo una colección de
literatura viajera y, sin embargo, hasta no hace mucho el interés de los
lectores españoles por estos libros era más
bien tibio. Esto comenzará a cambiar en el primer tercio del siglo XX, cuando una
serie de intelectuales se proponen rescatar del olvido libros escritos casi un
siglo antes, y que describían experiencias viajeras por España. Uno de eso
intelectuales fue Manuel Azaña que tradujo por vez primera al castellano el
libro de George Borrow ‘The Bible in
Spain’ en 1921. A partir de ahí ese interés por los testimonios de viajeros
extranjeros no ha dejado de crecer, pues ¿cómo se podía ignorar un fenómeno que
dio a la imprenta miles de libros, y fue en parte responsable de la imagen que
de España se trasladaba a los lectores europeos? Lo cierto es que a mediados de
los años 80, gracias al impulso de congresos nacionales como el celebrado en
Madrid a principios de esa década “La Imagen Romántica de España”, o el de
Ronda de 1985 “La imagen de Andalucía en los viajeros románticos”, se editan en castellano por vez primera libros
que habían tenido un enorme éxito entre los lectores europeos y norteamericanos,
y que a partir de ese momento comienzan a despertar el interés del público
español. Libros como ‘La Bahía de Cádiz’ de Antoine Latour, ‘Manual para
viajeros por España y lectores en casa’ de Richard Ford, o ‘De París a Cádiz’
de Dumas por nombrar algunos ejemplos. Hoy afortunadamente ese interés se sigue
manteniendo, tanto con la continuada publicación de estudios sobre el fenómeno
viajero y de los que son ejemplo los ya clásicos ‘Del Támesis al Guadalquivir’
de Alberich o ‘Los curiosos impertinentes’ de Iam Robertson, como por las nuevas transcripciones al
castellano de los muchos libros que aún no conocemos en este idioma, como es el
caso del escrito por Vizetely ‘Hechos sobre el vino de Jerez’, y que con
traducción y comentarios de Beltrán Domecq la editorial Peripecias tuvo el
acierto de incluir en su catálogo el año pasado. Ramón Clavijo Provencio.
Una biblioteca es lo más parecido a un laberinto, un laberinto lleno de libros, de mundos por descubrir.En homenaje a las bibliotecas y a la lectura , preside la cabecera de este blog un dibujo del pintor jerezano Carlos Crespo Lainez: "Noche de lectura".
domingo, 27 de febrero de 2022
"FIEBRE" POR LA LITERATURA VIAJERA SOBRE ESPAÑA
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