¿Quiere usted hacerse rico con poco esfuerzo? “¡Joé! – que diría el amigo de Rguez. Carrión (por cierto, ¡enhorabuena!)- ¡Vaya preguntita con la que tenemos encima!”. Pues yo le voy a dar la receta mágica sin caer en la burda solución de los juegos de azar. ¡Escriba un libro de nutrición, dietética, alimentación o como c. se le denomine al género! ¿Difícil? ¡Por favor! ¡Qué poca confianza en sus posibilidades! Atento al procedimiento: se busca usted una fruta o una hortaliza y cante usted las excelencias dietéticas y nutritivas de la susodicha; añada algunas recetas y formas de comérsela, adóbelas con cierta dificultad: a las tres de la mañana, porque el cuerpo está en proceso de reactivación; o acompáñela con otros productos cuya ingesta puede resultar cuando menos extraña: con tres dientes de ajo o con un caldito de berenjenas; abra en su libro un capítulo sobre la mala alimentación, exponga usted las tres obviedades sobre las carnes rojas y el chicharrón ibérico, las grasas trans y el colesterol, que asusta mucho, y ya tiene usted su best-seller, y hasta con un poquito de suerte se termina por convertir en lo que ahora se da en llamar “el nuevo gurú de la alimentación sana”. ¿Difícil? ¡se subestima! ¿Que por qué no lo hago yo? Tiene sentido su pregunta, pero los que somos pobres de cuarta generación (y porque nuestra vista genealógica no alcanza a más), nos movemos mucho más sueltos en las estrecheces de los momentos de crisis y, la verdad, no sabríamos maniobrar en la opulencia; de acuerdo con la modestia, por no decir miseria, de los bienes de fortuna que a mi apellido han ido legando generaciones y generaciones de antepasados, yo me aplico la frase que le oí a Don Rafael Sánchez Saus, conocedor como nadie de los linajes jerezanos: “Cuando tu familia empezaba a ser algo, la mía ya llevaba muchos siglos que no era nada”. Pero si a pesar de lo fácil que se lo he puesto, usted no confía en el método para salir del umbral de la pobreza en que lo va a dejar esta malhadada crisis, pero tiene tragaderas y el estómago más que agradecido, le propongo otro plan: hágase de un partido político. ¿Que de cuál? De cualquiera porque, apostillemos a Darío Fo: “Aquí no paga nadie, pero todos mangan”. José López Romero.
Una biblioteca es lo más parecido a un laberinto, un laberinto lleno de libros, de mundos por descubrir.En homenaje a las bibliotecas y a la lectura , preside la cabecera de este blog un dibujo del pintor jerezano Carlos Crespo Lainez: "Noche de lectura".
LECTORES SIN REMEDIO
Este blog tiene su origen en la página semanal de libros de "Diario de Jerez", "lectores sin remedio", que llevamos escribiendo desde el año 2007. Aunque el blog no es necesariamente una copia de la mencionada página, en él se podrán leer artículos que aparecen en ella. Pero el blog, por supuesto, pretende ser algo más... Los responsables son los dos lectores sin remedio, de los que facilitamos la siguiente información: Ramón Clavijo es Licenciado en Historia por la Universidad de Sevilla y es actualmente Técnico Superior Bibliotecario del Ayto. de Jerez de la Frontera. Está especializado en fondos bibliográficos patrimoniales. José López Romero es Doctor en Filología Hispánica por la Universidad de Sevilla y actualmente es Catedrático de Lengua y Literatura en el I.E.S. Padre Luis Coloma de Jerez de la Frontera. Especializado en la literatura dialógica del s. XVI y en la novela del s. XIX.
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