Aunque las más antiguas retóricas propugnen como verdades incuestionables que en lo concerniente a géneros literarios éstos no pasan de tres (poética, dramática y épica), la realidad termina por cargarse dogmas y principios y han ido surgiendo, con el correr de los siglos, toda suerte de subgéneros y variantes que pone título o etiqueta a nuevas expresiones o modos literarios que sin duda tienen su público. Uno de éstos a los que me he aficionado después de varias incursiones es la historia del libro o, más amplio, libros que hablan de libros o de lecturas, o de bibliotecas o de escritores. Empecé en su día con la “Historia del libro” de Svend Dahl y he seguido con otros, algunos de lectura más esforzada como la “Historia del libro” de Frédéric Barbier, y otros más amenos (“Lecturas y lectores en el Madrid del siglo XIX” de Jesús A. Martínez Martín), hasta llegar a la “Historia de la lectura” y “La biblioteca de noche”, obras de Alberto Manguel, cuya bibliofilia se deja notar por la pasión y la amenidad de su estilo, virtudes que en estos temas se agradecen especialmente. Y como variante de este “subgénero” también me he aficionado a libros en los que sus autores estudian aquellas obras que más les han influido o que consideran maestras de la literatura; y de ahí las “Diez grandes novelas y sus autores” de W. Somerset Maugham o “La verdad de las mentiras” de Vargas Llosa. Y me gustan estos libros no sólo porque además de deleitar te enseñan, sino porque te llevan a otros libros, en una especie de cadena, que te va enlazando a la mejor literatura de todos los tiempos. Así, de Vargas Llosa he llegado a “La señora Dalloway” de Virginia Woolf; de la estremecedora “Sobre la historia natural de la destrucción” de W.G. Sebald he llegado a la novela de H. Böll “El ángel callaba”; como en “La biblioteca de noche” conocí la delicada personalidad de Aby Warburg; como la lectura de “Tumbas de poetas y pensadores” de Cees Nooteboom me ha traído un poema de Pierre Kemp que he grabado en la cabecera de la cama: “Algunas noches sigo una luz amarilla / hasta una puerta azul en la que se lee: Sueño. / Yo no la abro por mi mano / ni me viene a buscar una mujer / para que entre a comprar sueños. / Y sin embargo siempre he pagado mis sueños / No debo nada a la noche.” José López Romero.
Una biblioteca es lo más parecido a un laberinto, un laberinto lleno de libros, de mundos por descubrir.En homenaje a las bibliotecas y a la lectura , preside la cabecera de este blog un dibujo del pintor jerezano Carlos Crespo Lainez: "Noche de lectura".
LECTORES SIN REMEDIO
Este blog tiene su origen en la página semanal de libros de "Diario de Jerez", "lectores sin remedio", que llevamos escribiendo desde el año 2007. Aunque el blog no es necesariamente una copia de la mencionada página, en él se podrán leer artículos que aparecen en ella. Pero el blog, por supuesto, pretende ser algo más... Los responsables son los dos lectores sin remedio, de los que facilitamos la siguiente información: Ramón Clavijo es Licenciado en Historia por la Universidad de Sevilla y es actualmente Técnico Superior Bibliotecario del Ayto. de Jerez de la Frontera. Está especializado en fondos bibliográficos patrimoniales. José López Romero es Doctor en Filología Hispánica por la Universidad de Sevilla y actualmente es Catedrático de Lengua y Literatura en el I.E.S. Padre Luis Coloma de Jerez de la Frontera. Especializado en la literatura dialógica del s. XVI y en la novela del s. XIX.
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