sábado, 18 de febrero de 2012

INVISIBLES

Nos desayunábamos hace unos días con una noticia cuando menos sorprendente, y es la adquisición por parte de Ediciones B de los derechos de publicación de una serie de novelas de autores desconocidos. Bueno, lo sorprendente no es esto que les acabo de comentar, sino el hecho de que esas novelas no eran inéditas sino que llevaban un tiempo circulando en su versión digital en Amazon, y con unos resultados de venta que ascendían a miles de copias. Cuando vender dos mil ejemplares de una novela puede ser considerado como un éxito en este país (y no digamos en Andalucía, donde la última estadística vuelve a situarnos como la comunidad menos lectora), estos libros adquiridos por Ediciones B (para sacar una edición de bolsillo en primavera), rondan de media una venta de dos mil ejemplares por mes. Y de sus autores, pues sinceramente hasta no leer sus nombres en la noticia recogida en los medios de comunicación no tenía ni idea (César García Muñoz, Fernando Trujillo, entre otros). Es curioso cuando menos que ahora que se habla tanto de como muchos autores, y cada vez más los consagrados, empiezan a considerar en serio la edición digital, el éxito de algunos escritores desconocidos está llevando a algunos al proceso inverso: tener éxito en digital parece garantizar una edición impresa, con lo que de alguna manera estamos pregonando que al menos todo libro, tenga el éxito que tenga, tendría que tener una versión, aunque fuera una tirada simbólica, en papel. Pero hay otra lectura que hacer de esta noticia de la que me hago eco: la mayor invisibilidad de la edición digital. Frente a sus indudables ventajas, (la más evidente la de poner a disposición de cualquiera, los medios de autoedición que finalmente propician que tengamos el libro del que somos autor, sin coste alguno, en librerías virtuales), existen inconvenientes con los que el autor novato se topará una vez pasada la inicial euforia de ver su libro colgado en Internet, ante un potencial mercado de miles y miles de lectores. Si ya las librerías tradicionales tenían y tienen ese problema, de buscar hueco en sus escaparates y expositores para las novedades, ¿qué decir de esa librería virtual donde cada minuto nuevas obras van engrosando su catálogo? Este nuevo mundo virtual obliga al autor, no sólo a confiar en el interés de su libro cara a los lectores, sino a diseñar técnicas distintas que lo hagan visible en estas plataformas: abaratando precios, jugando con el atractivo u originalidad de las presentaciones, etc. Algo nada fácil, pero los autores rescatados de este mundo virtual por Ediciones B, han dado con esas claves para alcanzar el éxito y de camino lograr ese gran sueño que siempre tuvieron: publicar en papel. Tener entres las manos su libro. Por algo dicen que los caminos del señor son inescrutables…Ramón Clavijo Provencio

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