Aunque para Esteve
(en la imagen cuarto por la izda.) la vida parecía transcurrir de una manera plácida, incluso se casa en el año 1937 con
Rosario Castilla, él no era el mismo. No podía serlo a menos de que fuera
alguien carente de emociones. En el Ayuntamiento se había vivido tras la
llegada de las nuevas autoridades una durísima represión, que se extendería
además a numerosos personajes vinculados hasta ese momento al mundo cultural o
educativo de la ciudad. Ello no sólo disgustaría al bibliotecario sino que le produciría desazón e inquietud
sobre el rumbo que todo iba tomando. Periodistas, educadores, artistas, algunos
de ellos muy relacionados con él, otros por los que tenía cierta admiración
sufren las consecuencias de la nueva situación. Además bibliotecas privadas y
librerías sufren las inspecciones de batallones de milicianos que deciden sobre su idoneidad o no, es decir, sobre su conservación o destrucción. La
represión sobre el libro, se prolongará
en su forma más álgida casi una década, y luego seguirá de una manera atenuada pero amenazadora
durante algunos años más. Es muy significativa
la frase que escribe el presidente del Instituto Nacional del Libro
(INLE), el jerezano Julián Pemartin, en el primer número de la Revista Bibliografía
Hispánica (1942): Tenemos que esgrimir el arma del libro en todas
direcciones y contra toda clase de enemigos.
En definitiva, en el primer periodo de la posguerra la censura será
el primer elemento y casi la única política del libro llevada por el régimen en
estos años. Desde Jerez el otrora entusiasta bibliotecario Esteve, para no ser represaliado
-no todo el mundo tiene madera de héroe- trató de mantenerse en un segundo
plano ante la marea represora sobre la
cultura y fue mudo y avergonzado testigo de las incautaciones de material
bibliográfico privado, y su paso obligatorio por la biblioteca municipal para
que un comité de expertos dictaminara qué hacer con ellos. Sin duda fue la situación vivida en torno al
libro en nuestro país, y en concreto la realidad diaria en la biblioteca de
Jerez en los primeros años de la posguerra, las que llevaron al bibliotecario
municipal a ir progresivamente marginando esa actividad a la que tanto
entusiasmo había dedicado hasta entonces, para ir gastando sus energías en
labores para él más gratas y menos “sensibles” desde la perspectiva política,
como la investigación y divulgación de la historia del arte local y sobre todo,
lo que yo he definido como la “huida a Asta”. Y es que “casualmente” la primera
campaña de excavaciones sobre las Mesas de Asta que Esteve dirige comienzan en el periodo más álgido de la
represión sobre el libro: 1942. RAMÓN CLAVIJO PROVENCIO
Una biblioteca es lo más parecido a un laberinto, un laberinto lleno de libros, de mundos por descubrir.En homenaje a las bibliotecas y a la lectura , preside la cabecera de este blog un dibujo del pintor jerezano Carlos Crespo Lainez: "Noche de lectura".
LECTORES SIN REMEDIO
Este blog tiene su origen en la página semanal de libros de "Diario de Jerez", "lectores sin remedio", que llevamos escribiendo desde el año 2007. Aunque el blog no es necesariamente una copia de la mencionada página, en él se podrán leer artículos que aparecen en ella. Pero el blog, por supuesto, pretende ser algo más... Los responsables son los dos lectores sin remedio, de los que facilitamos la siguiente información: Ramón Clavijo es Licenciado en Historia por la Universidad de Sevilla y es actualmente Técnico Superior Bibliotecario del Ayto. de Jerez de la Frontera. Está especializado en fondos bibliográficos patrimoniales. José López Romero es Doctor en Filología Hispánica por la Universidad de Sevilla y actualmente es Catedrático de Lengua y Literatura en el I.E.S. Padre Luis Coloma de Jerez de la Frontera. Especializado en la literatura dialógica del s. XVI y en la novela del s. XIX.
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