jueves, 11 de febrero de 2010

MITOS


Si no hace mucho, en un artículo anterior, nos congratulábamos por la emisión de “Martes de Carnaval”, los esperpentos valleinclanescos, otra noticia cultural vuelve a ser motivo de alegría al menos para los que ya tenemos unos añitos, porque nos devuelve lo mejor de dos grandes del siglo XX. Nos referimos al nuevo disco que va a publicar Joan Manuel Serrat con versiones musicalizadas de poemas de Miguel Hernández. Que célebres y magníficos músicos se fijen en la literatura no deja de ser una feliz combinación, porque ambas artes se realzan y se dan a conocer a públicos que apenas gustan de alguna de las dos, sobre todo de la segunda, y más si son poemas. No de otra manera se popularizó Antonio Machado si no fue a través del excelente LP (siglas de otro tiempo) que le dedicó el cantante catalán, o el mismo Miguel Hernández, con cuyos poemas ya trabajó Serrat, y ahí quedan sus “Nanas de la cebolla” o “la Elegía a Ramón Sijé”, por poner dos ejemplos. Y no hace tantos años el que dedicara a la poesía de Mario Benedetti “El sur también existe”. Otros muchos cantantes se han lanzado a la aventura, siempre de agradecer, de música y poesía, pero pocos obtuvieron o han obtenido un éxito tan sonado como Paco Ibáñez y sus versiones de los clásicos españoles (Quevedo, Góngora, Lope) y, sobre todo, con esa “Palabras para Julia” de José Agustín Goytisolo. El disco de su concierto en el Olympia de París fue durante muchos años algo así como uno de los fetiches antifranquistas, una de las armas culturales contra la dictadura, santo y seña de la resistencia contra el régimen. ¡Lástima que la persona no haya respetado al mito! En una entrevista publicada en este Diario hace ya unas semanas, Paco Ibáñez se despachaba a gusto y tachaba poco menos que de mentecatos y energúmenos a los Rolling Stones y a Bruce Springsteen. Quizá la ridícula y triste pataleta de alguien que fue algo, y que ahora no logra asumir el valor arqueológico de lo que hizo, que fue sin duda mucho en su momento. En esto, como en muchas otras cosas, Serrat nos sigue dando lecciones y ejemplos de modestia y coherencia. Y es que hay mitos que sí están a la altura de la persona. José López Romero.

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