Una biblioteca es lo más parecido a un laberinto, un laberinto lleno de libros, de mundos por descubrir.En homenaje a las bibliotecas y a la lectura , preside la cabecera de este blog un dibujo del pintor jerezano Carlos Crespo Lainez: "Noche de lectura".
LECTORES SIN REMEDIO
Este blog tiene su origen en la página semanal de libros de "Diario de Jerez", "lectores sin remedio", que llevamos escribiendo desde el año 2007. Aunque el blog no es necesariamente una copia de la mencionada página, en él se podrán leer artículos que aparecen en ella. Pero el blog, por supuesto, pretende ser algo más... Los responsables son los dos lectores sin remedio, de los que facilitamos la siguiente información: Ramón Clavijo es Licenciado en Historia por la Universidad de Sevilla y es actualmente Técnico Superior Bibliotecario del Ayto. de Jerez de la Frontera. Está especializado en fondos bibliográficos patrimoniales. José López Romero es Doctor en Filología Hispánica por la Universidad de Sevilla y actualmente es Catedrático de Lengua y Literatura en el I.E.S. Padre Luis Coloma de Jerez de la Frontera. Especializado en la literatura dialógica del s. XVI y en la novela del s. XIX.
miércoles, 12 de mayo de 2010
CATEGORÍAS
“¡Ea, ya lo has conseguido! Ya has titulado uno de tus artículos con tu palabra favorita ‘Prohibir’ (mi hija en un ataque de vengativo reproche). Y, embalada, seguía: “Ya me conozco la película: “niña no hagas esto; niña no digas eso…” (mi hija en pleno ataque rebelde-reivindicativo). Y ahora te da por prohibir libros por malos. A ver ¿cuántas clases o categorías de libros existen en tu opinión?” (pregunta en tono tan mordaz como capcioso). No me arredré, compuse el continente y me dispuse al contenido. “Hija mía (mi padre en un ataque de paternalismo cursi), permíteme que en lo tocante a libros te imparta una pequeña lección, porque algo sé del tema, aunque no todo lo que quisiera (mi padre en pleno ataque de falsa modestia). Hay libros, los menos aunque en buen número que disfrutan de la categoría de “clásico” y es su lectura obligada no una, sino varias veces si queremos hacer méritos para subir al cielo. Todas las épocas cuentan con sus clásicos, más antiguos como los textos homéricos, o más modernos, como los cervantinos o shakespearianos, o incluso actuales, entre los que se contarían sin duda buena parte de la narrativa hispanoamericana y poetas como Machado o Juan Ramón. En un escalón más bajo estarían autores y obras que han dejado también su sello para la posteridad y han sido fuente e influencia para escritores de sucesivas generaciones; autores, algunos secundarios, pero otros de primera fila que disfrutan de lugar privilegiado en la historia de la literatura. Pero la mayor parte de los libros, los literarios incluidos, que se hacen hoy en día, y aunque no tenemos perspectiva temporal suficiente, serán sin duda prescindibles y, por ello, cruelmente olvidados. Esos libros (y la historiografía local tiene excelentes ejemplos últimamente) no sólo contribuyen al impacto medioambiental de la desertización, sino que me atrevo a pronosticar que pueden lesionar seriamente la capacidad intelectual de quien se arriesgue a su lectura. “¿Y tus libros?” (mi hija a degüello). “¿Los míos? Al calor de tu amor los hice”. “Touchée, father”. José López Romero.
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