Los hay que hacen de
la literatura un medio de vida, y muchos que siguen intentando vivir de ella;
los hay también que convierten su vida
en literatura, a veces de ciencia ficción, otras de terror; pero también los
hay que hacen de la literatura su vida, y la viven con la pasión y el dolor,
con la felicidad y la desgracia, con la alegría y la tristeza que nos
proporciona el mismo hecho de vivir. A este pequeño y admirable grupo de
escritores pertenece Mauricio Gil Cano. El conocimiento de años de Mauricio y
su obra, sobre todo poética, dan testimonio de lo que acabo de escribir. Un
testimonio que el lector que se acerque a sus poemarios comprobará sin duda,
desde su 19 sonetos y un canto a Venecia, pasando por Declaración de un vencido hasta llegar a la última entrega Callar a tiempo (Ediciones En Huida),
sin olvidarnos de la labor que durante años ha ido desarrollando en los
distintos medios de comunicación como crítico, y como coordinador y director de
diferentes y variadas propuestas literarias (taller de creación literaria en la
Fundación Caballero Bonald; director de la colección de poesía “Hojas de
bohemia”), que representan una importante contribución al panorama cultural de
nuestra ciudad. Unidas, así pues, literatura y vida, Callar a tiempo es la crónica de las
últimas páginas de ese libro vital de Mauricio Gil Cano; crónica de un vivir en
el que no falta ningún elemento, ni sentimiento, ni actitud que a un hombre le pueda
ser ajeno: la pasión amorosa (el soneto en alejandrinos “Tú
sabes”), pero también el anhelo del otro (“La espera”, dedicado a Carmen); el
compromiso del hombre con su tiempo y su destino (su inicial “Para aprender
vinimos”), o con el prójimo (“Symposion”); la relación del hombre con un dios
que es sacrificio, muerte, resurrección, salvación de ahí los versos dedicados
a Cristo (“Calvario”, “Dios agonizante”, “Spe Salvi”); el dolor de la creación
literaria (“Yo”; “Callar a tiempo” que le da título al conjunto); pero sobre
todo la concepción del hombre como náufrago o ángel caído pero “definitivamente
humano”, porque los poemas de Mauricio son miradas hacia el interior en un
permanente buscarse y comprenderse, entender en definitiva a un yo en conflicto
dialéctico consigo mismo. Se cierra el poemario con un apartado de “Homenajes”,
en los que destaca el poema dedicado a su madre y a poetas como Miguel
Hernández o Jaime Jaramillo Escobar de los que celebra su compromiso vital. Por
los poemas transitan referencias, versos, citas de Cernuda, de Juan de la Cruz
(sobre todo), de Blas de Otero, Borges y de tantos otros que forman ese
conjunto de fuentes literarias de las que Mauricio sabe coger la mejor lección:
“para saber que somos lo que fuimos / y seremos aún y algún día sabremos /
quizá que habremos sido”. José López Romero.
Una biblioteca es lo más parecido a un laberinto, un laberinto lleno de libros, de mundos por descubrir.En homenaje a las bibliotecas y a la lectura , preside la cabecera de este blog un dibujo del pintor jerezano Carlos Crespo Lainez: "Noche de lectura".
LECTORES SIN REMEDIO
Este blog tiene su origen en la página semanal de libros de "Diario de Jerez", "lectores sin remedio", que llevamos escribiendo desde el año 2007. Aunque el blog no es necesariamente una copia de la mencionada página, en él se podrán leer artículos que aparecen en ella. Pero el blog, por supuesto, pretende ser algo más... Los responsables son los dos lectores sin remedio, de los que facilitamos la siguiente información: Ramón Clavijo es Licenciado en Historia por la Universidad de Sevilla y es actualmente Técnico Superior Bibliotecario del Ayto. de Jerez de la Frontera. Está especializado en fondos bibliográficos patrimoniales. José López Romero es Doctor en Filología Hispánica por la Universidad de Sevilla y actualmente es Catedrático de Lengua y Literatura en el I.E.S. Padre Luis Coloma de Jerez de la Frontera. Especializado en la literatura dialógica del s. XVI y en la novela del s. XIX.
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