Ha tenido que pasar demasiado tiempo para recordar que
tengo una deuda pendiente y, por ello, más vergonzante con un escritor y con
los lectores que se acercan a estas líneas. En mi descargo puedo argumentar que
son tantos en tantos siglos que no uno, sino un ciento y hasta millares son los
escritores que se te pueden escapar, y que necesitaría más de tres vidas para
leer algo, no todo, de aquellos que realmente merecen la pena. Por fortuna para
mí, aunque debí encontrarme con sus novelas mucho antes (nunca es tarde…),
puedo contarme entre el sin duda enorme grupo de rendidos lectores de Francisco
González Ledesma. Hace unos meses, después de haber leído varias de sus
narraciones, me hice con la reedición que la editorial Menoscuarto publicó de
su primera novela “El adoquín azul”, una narración breve sobre la represión de
la dictadura. Una novelita por la que podemos comprobar que González Ledesma es
mucho más que un escritor de novela negra. Pero no hubiese hecho falta tal
demostración, porque en sus propias novelas policíacas, con su comisario
Ricardo Méndez como protagonista, ya se puede apreciar que González Ledesma es
un escritor de mucho más recorrido y profundidad de lo que te permite o creemos
que permite el género negro. Si la figura del Méndez crepuscular, ya de vuelta
de tantas batallas cuyas huellas se dejan notar en las cicatrices del cuerpo
pero también del alma, nos acerca al tipo de protagonista clásico del género,
son la fina ironía, la capacidad del personaje para reírse de sí mismo, la
mezcla de lo trágico y lo cómico los rasgos que relacionan a Méndez con los
personajes más emblemáticos de la literatura española, y a las novelas de
González Ledesma con la mejor de nuestra literatura clásica. Después de leer
“Expediente Barcelona” y “Una novela de barrio” me di cuenta de que quizá el
género policíaco anglosajón podía estar sobrevalorado, al amparo de las
versiones de Hollywood; de que el emergente y ya consolidado género
norte-europeo no dejaba de ser una literatura menor, incluso con productos de
desecho (caso de Stieg Larsson); y de que la novela negra mediterránea bien
merecía un buen periodo de atenta y, de seguro agradecida, lectura. Si ya había
descubierto hacía unos años a Donna Leon y su Brunetti enredado en los turbios
asuntos políticos, sociales y económicos tan italianos, y a Camilleri con su
amable Montalbano (personajes cuyas series televisivas lejos de hacerles
justicia, los ensombrecen), o a Petros Márkaris y su comisario Kostas Jaritos,
la lectura de González Ledesma ha sido en mi caso uno de los grandes y
afortunados descubrimientos de los últimos años. Con él y con los lectores de
esta página había contraído una deuda que espero haya pagado. Ya solo me queda
seguir leyendo sus obras… ¡Qué pena no encontrar su nombre en un monográfico
sobre la novela negra en España publicado por una de las revistas literarias
del momento!. José López Romero.
Una biblioteca es lo más parecido a un laberinto, un laberinto lleno de libros, de mundos por descubrir.En homenaje a las bibliotecas y a la lectura , preside la cabecera de este blog un dibujo del pintor jerezano Carlos Crespo Lainez: "Noche de lectura".
LECTORES SIN REMEDIO
Este blog tiene su origen en la página semanal de libros de "Diario de Jerez", "lectores sin remedio", que llevamos escribiendo desde el año 2007. Aunque el blog no es necesariamente una copia de la mencionada página, en él se podrán leer artículos que aparecen en ella. Pero el blog, por supuesto, pretende ser algo más... Los responsables son los dos lectores sin remedio, de los que facilitamos la siguiente información: Ramón Clavijo es Licenciado en Historia por la Universidad de Sevilla y es actualmente Técnico Superior Bibliotecario del Ayto. de Jerez de la Frontera. Está especializado en fondos bibliográficos patrimoniales. José López Romero es Doctor en Filología Hispánica por la Universidad de Sevilla y actualmente es Catedrático de Lengua y Literatura en el I.E.S. Padre Luis Coloma de Jerez de la Frontera. Especializado en la literatura dialógica del s. XVI y en la novela del s. XIX.
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