A falta de unos pocos días de
cumplirse el 75 aniversario del
nacimiento de Bruce Chatwin, todo parece indicar que el recuerdo de aquel británico
que revolucionara la literatura de viajes, ha ido diluyéndose en nuestro país.
Jacinto Antón (Héroes, aventureros y
cobardes. RBA, 2013 ) se hacía la misma pregunta en un sentido artículo –Llegan las cartas del nómada dorado-
publicado en El País coincidiendo con la
edición del libro Bajo el sol (Sexto piso. 2012) a la que él mismo
respondía no sin cierta ironía No hemos
sido tan afortunados como Werner Werzog que heredó su bagueteada mochila.
Pero ironías aparte no deja de ser extraño el silencio por estos lares en torno
al escritor tras su muerte, sobre todo cuando en vida sus libros atrajeron tanto a lectores como rendidas críticas.
Mario Muchnik, otro personaje irrepetible y que lo conocía bien, escribió hace
años unas palabras que hoy se nos antojan algo proféticas: Raramente la ceguera de la crítica literaria españolas ha sido capaz de
dejar a su público en tinieblas tan espesas. Raramente nos toca ser testigos del hundimiento, de una obra mayor como la de
Chatwin a causa de la insensibilidad de quienes podrían haber sido sus
salvadores. Chatwin es autor de una breve pero deslumbrante obra de la que
quizás En la Patagonia sea la más recordada por el público español ( poco después Paul
Theroux, uno de los últimos iconos de la
literatura viajera actual, publicaría
junto a Chatwin Retorno a la Patagonia,
lo que sólo se explica por el éxito del primer libro), pero es en sus dos
últimas historias Los trazos de la
canción y por fin Utz, donde se
vislumbra el Chatwin que nos deparaba el futuro si unos extraños hongos chinos, utilizando las propias palabras del escritor -posiblemente
SIDA- no hubieran acabado con él en tierras remotas. Toda su obra está motivada por una curiosidad
que podríamos calificar de tipo científico. Una piel de brontosaurio dio lugar a En la Patagonia, los orígenes del lenguaje a Los trazos de la canción, y así sucesivamente fueron surgiendo lo
que alguien afortunadamente calificó de novelas de viajes, fruto de una curiosidad insaciable que le llevaría de
su cómodo despacho en las oficinas de Sotheby´s en Londres a trazar rutas
inverosímiles por el planeta. Siempre en continuo movimiento, coincidimos con Alberto Cardín cuando escribe que nunca en un escritor se ha identificado tanto su literatura con su forma
de vivir. Chatwin era un nómada sin
posibilidades de redención, autor de una breve pero singular obra que
revolucionó la literatura de viajes, por lo que no podemos dejar –como denunciara
Mario Muchnik- que caigan sobre ella las tinieblas más espesas. RAMÓN CLAVIJO PROVENCIO
Una biblioteca es lo más parecido a un laberinto, un laberinto lleno de libros, de mundos por descubrir.En homenaje a las bibliotecas y a la lectura , preside la cabecera de este blog un dibujo del pintor jerezano Carlos Crespo Lainez: "Noche de lectura".
LECTORES SIN REMEDIO
Este blog tiene su origen en la página semanal de libros de "Diario de Jerez", "lectores sin remedio", que llevamos escribiendo desde el año 2007. Aunque el blog no es necesariamente una copia de la mencionada página, en él se podrán leer artículos que aparecen en ella. Pero el blog, por supuesto, pretende ser algo más... Los responsables son los dos lectores sin remedio, de los que facilitamos la siguiente información: Ramón Clavijo es Licenciado en Historia por la Universidad de Sevilla y es actualmente Técnico Superior Bibliotecario del Ayto. de Jerez de la Frontera. Está especializado en fondos bibliográficos patrimoniales. José López Romero es Doctor en Filología Hispánica por la Universidad de Sevilla y actualmente es Catedrático de Lengua y Literatura en el I.E.S. Padre Luis Coloma de Jerez de la Frontera. Especializado en la literatura dialógica del s. XVI y en la novela del s. XIX.
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