A estas alturas de mi vida, toda ella
profesionalmente hablando, circunscrita a un ámbito muy concreto de la cultura
cual es el mundo del libro, si algo creo haber alcanzado no es por supuesto
fortuna o fama, sí en cambio el haber perfeccionado el instinto de captar la realidad de ese mundo, libre de
disfraces y artificios con los que algunos intentan disimular sus carencias,
una realidad en nuestra país que tiene más de prosaica
que de poética. Si acotamos el espacio
geográfico, pues lo que nos interesa es rastrear el peso que el mundo del libro
tiene en esta ciudad, Jerez, nuestra atención se debe fijar ineludiblemente en
dos elementos: las librerías y las bibliotecas. Por supuesto que hay
otros agentes, pero estos dos son sin dudarlo los principales. En cualquier
ciudad es fácilmente perceptible, incluso para un observador ocasional, el peso
cultural del libro simplemente acercándose a sus librerías y bibliotecas,
visita sin necesidad de guías
locales, donde percibiremos el calor o la indiferencia que la ciudanía o
las autoridades locales muestran por la cultura, y por extensión por el libro.
Jerez para un visitante cultural y ocasional se mostraría como una ciudad donde
no proliferan las librerías -dejaremos las bibliotecas para una segunda
entrega-, aunque no es este un dato singular pues es la tendencia general en un
país donde ha bajado su número -por causas muy diversas, y no solo achacables a
las nuevas tecnologías-. Sin embargo, y es este otro dato que no siempre se
encuentra en las ciudades que el visitante cultural recorre, las librerías
existentes, al menos la mayoría, se muestran como esos pozos de agua
-permítaseme la comparación- que buscan los nómadas que atraviesan el desierto
y sin los cuales no podrían culminar su viaje. Sería injusto decir que Jerez es
un desierto cultural en lo que al libro se refiere, pero para ese visitante
ocasional la existencia de un vocacional y apasionado gremio de libreros locales ayuda a suavizar
el paisaje. Es un gremio digno de
admirar por muchas razones, y no la menor por su templanza al tratar de
evolucionar al ritmo de una sociedad cambiante, de hábitos lectores muy
distintos a los que conocieron nuestros padres, y donde nadie es capaz de
profetizar -acuérdense de McLuhan- hacia donde nos lleva esta sociedad de la
información donde las nuevas tecnologías lo invaden todo. En Jerez el visitante
cultural captará rápidamente que quedan pocas librerías, pero también
reconocerá, afortunadamente, que las que quedan, la mayoría, son, aparte de
lugares donde se comercializa el libro, pequeños centros culturales que
contrarrestan las carencias más que evidentes que los poderes públicos dejan en
este aspecto de su paisaje urbano. (Ilustración: J.F. Petto) RAMÓN CLAVIJO
PROVENCIO
Una biblioteca es lo más parecido a un laberinto, un laberinto lleno de libros, de mundos por descubrir.En homenaje a las bibliotecas y a la lectura , preside la cabecera de este blog un dibujo del pintor jerezano Carlos Crespo Lainez: "Noche de lectura".
LECTORES SIN REMEDIO
Este blog tiene su origen en la página semanal de libros de "Diario de Jerez", "lectores sin remedio", que llevamos escribiendo desde el año 2007. Aunque el blog no es necesariamente una copia de la mencionada página, en él se podrán leer artículos que aparecen en ella. Pero el blog, por supuesto, pretende ser algo más... Los responsables son los dos lectores sin remedio, de los que facilitamos la siguiente información: Ramón Clavijo es Licenciado en Historia por la Universidad de Sevilla y es actualmente Técnico Superior Bibliotecario del Ayto. de Jerez de la Frontera. Está especializado en fondos bibliográficos patrimoniales. José López Romero es Doctor en Filología Hispánica por la Universidad de Sevilla y actualmente es Catedrático de Lengua y Literatura en el I.E.S. Padre Luis Coloma de Jerez de la Frontera. Especializado en la literatura dialógica del s. XVI y en la novela del s. XIX.
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