Durante las últimas semanas ha sido objeto de atención por los medios culturales, la decisión tomada por la editorial Puffin, de editar una versión “políticamente correcta” de los libros de Roald Dahl, entre ellos ‘Matilda’ o ‘Charlie y la fábrica de chocolate’, entre otros. El asunto no es nuevo en lo que respecta a textos clásicos dirigidos al público infantil, que desde hace tiempo vienen siendo señalados por los nuevos censores de lo correcto, por no seguir los estándares actuales al incorporar frases o situaciones consideradas hoy demasiado duras para el público al que va dirigido. Desde hace unos años asistimos a un rosario de casos de los que no se han salvado ni las películas de Disney. A estas alturas de mi vida y pese a que mi capacidad de sorpresa ya está colmada, presiento y temo, en torno a este asunto, que bajo un aparente avance en la protección de los más jóvenes, se esté propiciando la proliferación de una nueva generación de censores que vigilarían que lo que se escribe o lo que se ha escrito se ajuste a determinadas sensibilidades. Llegados a este punto se podría pasar, ¿por qué no?, de eliminar inocentemente algunas palabras de un libro infantil a otra cosa, y más cuando las que se eliminan son, como en el caso de las mencionadas historias de Dahl, cientos de palabras. Reescribir las historias contenidas en los libros de literatura se parece y mucho a modificar los libros de historia, por la peregrina razón de que tales o cuales hechos o costumbres pudieran afectar a la epidermis, al parecer muy sensible, de las nuevas generaciones. Lo irónico es que una sólida formación cultural de esas nuevas generaciones evitaría sin duda este debate. Afortunadamente, y volviendo a Roald Dahl -que no fue un dechado de virtudes en su vida aunque ese es otro asunto- editoriales como Gallimard en Francia o Alfaguara y Santillana en España, que tienen los derechos de publicación de la obra de este escritor, han decidido mantener las versiones originales de esta, lo que parece estar haciendo reconsiderar a la británica Puffin su inicial decisión de retocarla. Ramón Clavijo Provencio
Una biblioteca es lo más parecido a un laberinto, un laberinto lleno de libros, de mundos por descubrir.En homenaje a las bibliotecas y a la lectura , preside la cabecera de este blog un dibujo del pintor jerezano Carlos Crespo Lainez: "Noche de lectura".
LECTORES SIN REMEDIO
Este blog tiene su origen en la página semanal de libros de "Diario de Jerez", "lectores sin remedio", que llevamos escribiendo desde el año 2007. Aunque el blog no es necesariamente una copia de la mencionada página, en él se podrán leer artículos que aparecen en ella. Pero el blog, por supuesto, pretende ser algo más... Los responsables son los dos lectores sin remedio, de los que facilitamos la siguiente información: Ramón Clavijo es Licenciado en Historia por la Universidad de Sevilla y es actualmente Técnico Superior Bibliotecario del Ayto. de Jerez de la Frontera. Está especializado en fondos bibliográficos patrimoniales. José López Romero es Doctor en Filología Hispánica por la Universidad de Sevilla y actualmente es Catedrático de Lengua y Literatura en el I.E.S. Padre Luis Coloma de Jerez de la Frontera. Especializado en la literatura dialógica del s. XVI y en la novela del s. XIX.
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