miércoles, 20 de mayo de 2009

Máquinas


“¿Pero no estamos hablando que el libro en papel está condenado a desaparecer?” Me pregunta Atanasio, mientras hojea la prensa local entre el penetrante olor a café del “San Pedro “. Y es que le ha llamado la atención esa noticia que da cuenta de una máquina expendedora de libros (Espresso Book Machine). Sí, sí, como lo oyen…Se elige entre un amplísimo catálogo de libros que oferta el artilugio (400.000), y una vez que nos hayamos decidido, le damos a un botoncito y en breves instantes tenemos el libro como recién salido de la imprenta, incluso con su embalaje de plástico protector. “Por lo visto, vuelve a comentar la noticia en voz alta Atanasio, el éxito de la máquina es arrollador, y la librería donde está instalada en Londres, no da abasto. ¿Pero cómo se explica esto, Ramón?” La verdad, le respondo, es que no lo sé; me parece una especie de paradoja esto de que llevemos décadas hablando de que el libro tradicional desaparece (incluso estos meses son noticia la aparición de nuevos modelos de libros electrónicos), y sin embargo aparece esta máquina que expide al instante el libro en papel que queramos, incluido libros descatalogados desde hace décadas (una de sus evidentes ventajas), y arrasa. Atanasio deja el periódico y parece olvidarse de su efímera curiosidad cultural para concentrarse en el bocata de tortilla que le acaban de traer; yo, mientras, le doy un sorbo al buen café de este acogedor bar, y pienso en la evidente influencia de las nuevas tecnologías sobre muchos de nuestros hábitos. Por ejemplo, cómo gracias a ésta podemos decir que se ha recuperado el género epistolar, aunque por otro lado el correo electrónico esté significando que la carta en papel, esté condenada a la desaparición definitiva. Pero no siempre la implantación de algo nuevo tiene que llevar a la desaparición de lo anterior. En el caso del libro más parece que vayamos a una coexistencia entre nuevos y viejos formatos, ello explicaría el éxito de nuevas técnicas aplicadas a la edición del libro en papel (la nueva máquina londinense), sin que por ello se deje de avanzar en la comodidad y prestaciones de los nuevos modelos de libros electrónicos. Ramón Clavijo Provencio.

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