Una biblioteca es lo más parecido a un laberinto, un laberinto lleno de libros, de mundos por descubrir.En homenaje a las bibliotecas y a la lectura , preside la cabecera de este blog un dibujo del pintor jerezano Carlos Crespo Lainez: "Noche de lectura".
LECTORES SIN REMEDIO
Este blog tiene su origen en la página semanal de libros de "Diario de Jerez", "lectores sin remedio", que llevamos escribiendo desde el año 2007. Aunque el blog no es necesariamente una copia de la mencionada página, en él se podrán leer artículos que aparecen en ella. Pero el blog, por supuesto, pretende ser algo más... Los responsables son los dos lectores sin remedio, de los que facilitamos la siguiente información: Ramón Clavijo es Licenciado en Historia por la Universidad de Sevilla y es actualmente Técnico Superior Bibliotecario del Ayto. de Jerez de la Frontera. Está especializado en fondos bibliográficos patrimoniales. José López Romero es Doctor en Filología Hispánica por la Universidad de Sevilla y actualmente es Catedrático de Lengua y Literatura en el I.E.S. Padre Luis Coloma de Jerez de la Frontera. Especializado en la literatura dialógica del s. XVI y en la novela del s. XIX.
sábado, 5 de diciembre de 2009
EL TIEMPO
Llega de manera inesperada a mis manos el libro de J.B. Priestley “La visita del Inspector”. Un clásico de las letras inglesas. Alguien lo ha dejado olvidado sobre la barra del bar donde suelo tomar el café mañanero, y como nadie parece interesado en él, termino por apurar mi taza de café hojeando la pequeña pieza teatral a la que alguien calificó en su momento de obra maestra. Caigo en la cuenta de que no he leído nada hasta ahora de Priestley, me refiero al Priestley autor teatral o de novelas, aunque sí me viene tímidamente a la memoria ahora, con este encuentro casual, aquel otro libro de este autor inglés titulado “El hombre y el tiempo”, y que por momentos me llegó a superar por su densidad. En él Priestley meditaba como ya habrán supuesto sobre el concepto del tiempo. También recuerdo vagamente como el autor mantenía que, de la misma manera que el espacio tiene tres dimensiones, el tiempo también tiene dimensiones adicionales. No lo sé, pero de lo que sí tengo la sensación es que para mí el tiempo parece pasar más deprisa desde hace unos años. El paso de los días parece ir acelerándose, nada que ver con aquella sensación de lentitud y eternidad de cuando éramos más jóvenes. Hace poco Iñaki Gabilondo declaraba que tenía el hábito diario de la lectura, lo que ya no decía es si sentía como yo cada vez más ansiedad por la lectura, como si se tuviera la sensación de que fuera faltando tiempo para leer todo lo que se desea. Y siguiendo con el tiempo, al que me ha conducido inesperadamente Pristley, me conseguían hace unos días el libro de Carlos Jurado Caballero “El año en que se paró el tiempo”. Se editaba en 1996 pero ya está descatalogado, por lo que sin la mediación de Cristóbal, mi librero de guardia, difícil hubiera sido poder leer una magnífica novela que nos da cuenta de la llegada de un viajero a una recóndita aldea situada en la región de La Sagra. Una aldea donde parece que el tiempo se hubiera detenido. Recordar este libro me lleva sobre un tema que logra enfadarme. ¿Cómo es posible que se siga reeditando tanta pseudoliteratura, mientras que para conseguir un solo ejemplar del libro de Carlos Jurado haya que buscarlo como si fuéramos argonautas? Ramón Clavijo Provencio
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario