Con este término anglosajón se reconoce la práctica de depositar libros en la vía pública con el objeto de que la gente los coja libremente y los lea, con el compromiso posterior de que sean nuevamente depositados en la calle, para que así (ilusos) el libro siga ese viaje de lector en lector. Todo suena muy bonito, pero realmente utópico, al menos en nuestro país. Les comento esto pues hace unos días en Madrid se liberaron 30.000 libros por distintas zonas de la capital, la mayor apuesta por el Bookcrossing hecha hasta ahora. Como habrán intuido, soy más bien pesimista sobre esta idea surgida en 2001, y lo que sospecho es que millares de libros de los que les hablaba, desaparecerán destruidos por iletrados o gamberros, o simplemente saldrán del circuito cuando muchos de los que se hagan con ellos decidan dejarlo en alguna estantería de casa de la que jamás escaparán. Si esta sospecha mía se acerca a la realidad -no es la primera vez de la que tras una rimbombante puesta en escena, miles de libros, o los que quedo de ellos, terminaron dando trabajo a los servicios de limpieza de alguna ciudad- sería para preguntarse si no hubiera sido mejor distribuir esos impresos entre las bibliotecas, donde sí que se garantiza el préstamo público, y que los libros una vez leídos sean devueltos a esos centros públicos para seguir sirviendo a los lectores. En fin, amigos, que a mi el Bookcrossing me parece una chorrada como otra cualquiera (y no crean que no estoy enterado de la existencia de asociaciones y foros virtuales que promueven esta forma de entender la lectura), pero soy de la opinión de que estos tiempos que corren no están para despilfarros, por muy originales, que no eficaces, nos puedan parecer algunas ideas. Por cierto, si ésta cuando surgió fue llamativa por lo original, ahora, cuando se cuentan por desastres cada nueva “liberación” de libros de la que nos enteramos, sería bueno que no insistiéramos tanto en la publicidad de cada nueva “suelta” de libros, y más en los resultados conseguidos a posteriori –de los que casi nunca tenemos noticias- por lo menos para ver si con ellos nos convencen a los escépticos. Ramón Clavijo Provencio
Una biblioteca es lo más parecido a un laberinto, un laberinto lleno de libros, de mundos por descubrir.En homenaje a las bibliotecas y a la lectura , preside la cabecera de este blog un dibujo del pintor jerezano Carlos Crespo Lainez: "Noche de lectura".
LECTORES SIN REMEDIO
Este blog tiene su origen en la página semanal de libros de "Diario de Jerez", "lectores sin remedio", que llevamos escribiendo desde el año 2007. Aunque el blog no es necesariamente una copia de la mencionada página, en él se podrán leer artículos que aparecen en ella. Pero el blog, por supuesto, pretende ser algo más... Los responsables son los dos lectores sin remedio, de los que facilitamos la siguiente información: Ramón Clavijo es Licenciado en Historia por la Universidad de Sevilla y es actualmente Técnico Superior Bibliotecario del Ayto. de Jerez de la Frontera. Está especializado en fondos bibliográficos patrimoniales. José López Romero es Doctor en Filología Hispánica por la Universidad de Sevilla y actualmente es Catedrático de Lengua y Literatura en el I.E.S. Padre Luis Coloma de Jerez de la Frontera. Especializado en la literatura dialógica del s. XVI y en la novela del s. XIX.
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