Me viene a la memoria ahora una anécdota que escuché
hace mucho tiempo en la radio. Un señor, no recuerdo ya su identidad, contaba
que en cierta ocasión había ido al estreno de un drama que había despertado una
enorme expectación. Se levanta el telón –contaba aquel señor-, se hace un
sepulcral silencio entre los espectadores, que solo pueden ver al fondo del
escenario un triste jergón y en él echado un mendigo que muy lentamente se
levanta y se acerca al proscenio para decir con voz solemne y estremecedora:
“Me he pasado toda la noche con un solo huevo duro”. Contaba aquel señor que
después de unos segundos en los que todo el público quedó atónito, empezaron
las primeras risas y después más, se dejaron oír gritos como “¿y el otro?”,
hasta que la carcajada fue general, el drama se convirtió en parodia y tuvieron
que suspender la representación. No fue aquella ni la primera ni la última vez
en que una tragedia pasa a comedia sin que autores ni espectadores logren
evitarlo ni quererlo, es decir, sin premeditación ni alevosía. Clásica es ya la
explicación para el fracaso de la tragedia renacentista española: el tremendismo de los personajes, que cargados
por sus autores de un exceso de dramatismo caían en lo increíble y la
fantochada. Pero también existe lo que Arniches dio en llamar la “tragicomedia
grotesca” o “astracanada lúgubre”. Ejemplo de ello es ‘Que viene mi marido’, que podemos poner en
relación con el cuento de Wencelao Fernández Flórez titulado ‘El hombre que se
quiso matar’, llevado al cine en dos ocasiones por dos grandes de nuestra
escena: Antonio Casal y Tony Leblanc; historias de hombres que se comprometen a
morirse, aunque lo intentan con poca convicción y menos decisión, hay que
reconocerlo. La comedia, de individuos
como Maduro y su pajarito, y de otros más cercanos, se convierte en
tragicomedia grotesca cuando toda una masa, buena parte de todo un país se lo
cree. El esperpento. José López Romero.
Una biblioteca es lo más parecido a un laberinto, un laberinto lleno de libros, de mundos por descubrir.En homenaje a las bibliotecas y a la lectura , preside la cabecera de este blog un dibujo del pintor jerezano Carlos Crespo Lainez: "Noche de lectura".
LECTORES SIN REMEDIO
Este blog tiene su origen en la página semanal de libros de "Diario de Jerez", "lectores sin remedio", que llevamos escribiendo desde el año 2007. Aunque el blog no es necesariamente una copia de la mencionada página, en él se podrán leer artículos que aparecen en ella. Pero el blog, por supuesto, pretende ser algo más... Los responsables son los dos lectores sin remedio, de los que facilitamos la siguiente información: Ramón Clavijo es Licenciado en Historia por la Universidad de Sevilla y es actualmente Técnico Superior Bibliotecario del Ayto. de Jerez de la Frontera. Está especializado en fondos bibliográficos patrimoniales. José López Romero es Doctor en Filología Hispánica por la Universidad de Sevilla y actualmente es Catedrático de Lengua y Literatura en el I.E.S. Padre Luis Coloma de Jerez de la Frontera. Especializado en la literatura dialógica del s. XVI y en la novela del s. XIX.
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