Tuve el
privilegio de escuchar a Manuel Ravina –archivero, bibliófilo, reputado
investigador de la cultura y magnífico orador- en la intervención que realizó
hace unos días dentro del ciclo organizado por el Archivo Histórico de Jerez,
sobre patrimonio documental. En la mencionada intervención –cargada de
información relevante, pero a la vez con la amenidad que sólo un humanista como
él puede lograr- el actual director del Archivo General de Indias nos descubría
a los allí presentes, qué colecciones documentales depositadas en el mencionado
archivo son relevantes para la historia de nuestra ciudad. Ravina, orador curtido
en mil batallas, sabe captar la atención del público, y en esta intervención a
la que me estoy refiriendo un elemento para ello era detenerse en la interesante
figura del jerezano Álvar Núñez Cabeza de Vaca. No reproduciré aquí lo que de relevante,
y fue mucho, se nos desveló sobre el personaje, aunque sí
resaltar la apasionada reivindicación que el conferenciante realizó de un
libro, “Naufragios”, escrito por nuestro paisano. Ravina reivindicó con
vehemencia, y muchos se lo agradecíamos en silencio, un libro tan admirado
fuera de nuestras fronteras - en Estado
Unidos es normal encontrarlo entre las lecturas escolares recomendadas en los
planes de estudios- como olvidado por estos lares. Es cierto que Cátedra lo
incluye entre sus colecciones y que Edhasa
publicaba recientemente otra edición con el atractivo de estar presentada por
José María Merino. Pero no es menos cierto que la gesta de Álvar, pese a la
increíble odisea que protagonizó, es poco conocida en sus detalles por el
lector de este país, grado de
desconocimiento igualmente aplicable a la ciudad de Jerez donde al
menos, hace unos años, se erigió una
escultura en su honor. Lo cierto es que
a los 473 años de la publicación de “Naufragios”
(1542) tuvo que venir Manuel Ravina –todo un lujo- a recordarnos la importancia
de un libro que podría ser la mejor novela de aventuras escrita jamás, si no
fuera por el nada baladí detalle de que todo lo relatado en él es real. RAMÓN CLAVIJO PROVENCIO
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