viernes, 10 de noviembre de 2017

JEREZ Y MIGUEL

Durante la pasada semana se han sucedido en nuestra ciudad una serie de actos vinculados a la literatura, de trascendencia más allá del ámbito puramente local: me refiero a la conmemoración del 75 aniversario de la  muerte de Miguel Hernández. Me voy a detener brevemente en ellos. Más de uno, ya en los prolegómenos de estas Jornadas dedicadas al poeta, se preguntaba por la vinculación de Miguel Hernández con nuestra ciudad para justificarlas, incluso recuerdo que en la rueda de prensa donde se presentaban las mismas, algún periodista preguntó por el particular. Siempre he creído que buscar  esa vertiente localista para programar o realizar algo es una premisa equivocada, y si alguien quería comprobarlo lo tenemos en este homenaje. No existe  vinculación alguna entre nuestra ciudad  y el poeta, es cierto. No la visitó que sepamos, ni dedicó a ella alguna de sus creaciones, pero también es cierto  que en Jerez como en tantos lugares Miguel Hernández arrancó con sus escritos y poemas  emociones en miles de personas. Escritos y poemas que siguen arrastrando a su lectura a otras tantas miles, también muchas de ellas en nuestra ciudad. No había que justificar nada más. Y lo acertado de la propuesta se puso de manifiesto en la respuesta del público y de las colaboraciones: La espléndida ponencia de María José Rucio Zamorano, Jefa del servicio de incunables, raros y manuscritos de la Biblioteca Nacional, que hizo un pormenorizado repaso de los originales que se conservan en  la Biblioteca Nacional del poeta. Fue otra manera de acercarse a la obra de Miguel que atrapó al público presente. Luego continuarían actos en el Ateneo –con proyecciones de audiovisuales sobre el poeta- o la Biblioteca Central –en una noche muy emotiva donde se leyeron poemas a cargo de asociaciones culturales como “A Viva Voz” o “Argónida”, alternándolas con la interpretación de piezas musicales a cargo de la Escuela Municipal de Música en el apropiado marco de su Sala de Investigadores, rodeados de libros, algunos también de Miguel Hernández. Seguiría el concierto de Paco Moyano, cantaor, acompañado por Fernando de la Morena, que congregó a un público entusiasta en la Sala Compañía con su propuesta titulada “Carta a Miguel Hernández”. Al final de una semana intensa, en un acto sencillo  en el exterior de la Biblioteca Municipal Central se descubría una placa en honor del poeta de Orihuela, entre los acordes musicales de la Joven Orquesta Álvarez Beigbeder, por lo que aparte de esa vinculación de los lectores de la que hablábamos antes, a partir de ahora permanecerá en la ciudad esta otra, material, visual, que lo hará estar más presente si cabe entre nosotros.  Pero lo relevante de estas Jornadas  no ha sido solamente la altura de algunas de sus propuestas, sino la implicación de tantos particulares y colectivos culturales  en un homenaje, ya no solo merecido sino especialmente  sentido. RAMÓN CLAVIJO PROVENCIO   

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