LECTORES SIN REMEDIO

Este blog tiene su origen en la página semanal de libros de "Diario de Jerez", "lectores sin remedio", que llevamos escribiendo desde el año 2007. Aunque el blog no es necesariamente una copia de la mencionada página, en él se podrán leer artículos que aparecen en ella. Pero el blog, por supuesto, pretende ser algo más... Los responsables son los dos lectores sin remedio, de los que facilitamos la siguiente información: Ramón Clavijo es Licenciado en Historia por la Universidad de Sevilla y es actualmente Técnico Superior Bibliotecario del Ayto. de Jerez de la Frontera. Está especializado en fondos bibliográficos patrimoniales. José López Romero es Doctor en Filología Hispánica por la Universidad de Sevilla y actualmente es Catedrático de Lengua y Literatura en el I.E.S. Padre Luis Coloma de Jerez de la Frontera. Especializado en la literatura dialógica del s. XVI y en la novela del s. XIX.

viernes, 8 de abril de 2022

No. Decididamente no. Ella era una escritora de éxito. Y no pocos sacrificios y penalidades le había costado llegar hasta allí. Pero lo que cada vez le provocaba más pereza era la exposición pública. Eso de estar siempre atenta al lacito que debía ponerse en la solapa; eso de firmar manifiestos que le ponían por delante, sin leer siquiera; y eso de asistir a las manifestaciones en contra de lo que fuera o a favor de ya no sabía qué causa, pero siempre en primera línea para que la viesen bien y poder rentabilizar su presencia, cada vez le resultaba más molesto y hasta ingrato. ¡Y ahora la maldita guerra! Y para colmo a un loco, a un descontrolado se le había ocurrido preguntar públicamente qué estaban haciendo los intelectuales, los artistas los escritores de este país por los millones de víctimas, por los refugiados, por las familias que lo han perdido todo, por los miles de niños sin hogar; que no bastaba firmar documentitos y manifiestos, con ponerse un lacito en la chaqueta con los colores de Ucrania, que eso de asistir a las manifestaciones tras de una pancarta ya no era suficiente, que había que dar un paso al frente y ayudar económicamente, acoger a esas familias… sobre todo ellos, que disfrutaban de una posición desahogada, que vivían mimados por el nuevo régimen que pagaba escrupulosamente los servicios prestados con premios y galardones. Y ella se removía en su sofá de cuero leyendo en el periódico la soflama de aquel energúmeno que reclamaba tamaño sacrificio, porque todos debíamos arrimar el hombro –decía-, y que ahora era el tiempo de la solidaridad, de la generosidad, palabras con las que tanto se les había llenado la boca. No. Ella no estaba dispuesta a ese sacrificio, a complicarse la vida metiendo en su casa a una familia, por muy refugiada que fuera. En todo caso, se indignaba, que las acojan esas políticas, las de la diplomacia de precisión, así les darían un sentido a sus vidas, se decía con sarcasmo mientras su mirada se perdía en un hermoso atardecer frente al mar. José López Romero. 

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