“Quienes tienen la generosidad
de interesarse por mi trabajo o son contrarios a él han planteado con
frecuencia la misma cuestión. Después de leer mis libros, durante un seminario
o al término de una conferencia, ya con vacilante cortesía, ya en tono de reproche:
“¿Cuáles son sus ideas políticas? En todos sus escritos sobre historia y
cultura, sobre educación y barbarie, ¿por qué no hay ninguna franca declaración
de su ideología política?...”, esta cita (perdóneme el lector su extensión) es
el inicio del ensayo titulado “Petición de principio” incluido en el volumen Los libros que nunca he escrito de
George Steiner. El célebre pensador no tiene otra justificación a su
aislamiento de la res publica que su
contrario: su obsesión por resguardar su privacidad. No deja de ser un tanto
lamentable que sigamos exigiendo ya sea a personajes públicos, ya incluso a un
recién conocido su posición ante cualquier acontecimiento, ideología o afición,
y así vamos catalogando a las personas y, lo que es peor, las rechazamos o nos
atraen por el equipo de fútbol del que es aficionado (seguro que más de un
lector se niega a leer a un escritor por ser aficionado del Madrid o del
Barcelona), por sus ideas políticas o por defender una causa social con la que
no estamos de acuerdo o que defendemos con la misma pasión. Esa exigencia de
tomar partido la sufrió en tiempos más convulsos y peligrosos para su propia
integridad física el propio Erasmo de Rotterdam, a quien continuamente primero
en su estancia en Lovaina y posteriormente en Basilea, le insistían en que se
declarase a favor o en contra de Lutero. La presión sufrida por el gran
humanista nada tenía que ver con un natural tan pacífico que rayaba en la
pusilanimidad de carácter. “Concordia, paz, sentido del deber y benevolencia eran
valorados en sumo grado por Erasmo” nos dice Huizinga en la excelente biografía del roterodamés, virtudes que
precisamente no compartía el vehemente reformista alemán, hasta el punto de que
Erasmo se vio obligado a negarlo en numerosos escritos: “no conozco a Lutero”.
A Steiner, a Erasmo y a tantos otros intelectuales en un momento de sus vidas se les ha exigido
que tomen partido, que declaren sus ideas políticas o religiosas, cuando todos
sus escritos son una enorme manifestación de su compromiso personal con el ser
humano, con sus virtudes y con sus defectos, el compromiso del hombre con su
tiempo y con la historia, porque no hay mayor dignidad de un pensador que poner
al servicio, declararles a sus lectores los ideales humanos por los que debemos
luchar, al margen de ideas o aficiones. Ese es el verdadero y sincero valor de
humanistas como Erasmo, como Steiner. Poner una firma en un manifiesto,
afiliarse a un partido político, declararse de izquierdas o de derechas no es
más que un gesto para una galería ansiosa por catalogar. José López Romero.
Una biblioteca es lo más parecido a un laberinto, un laberinto lleno de libros, de mundos por descubrir.En homenaje a las bibliotecas y a la lectura , preside la cabecera de este blog un dibujo del pintor jerezano Carlos Crespo Lainez: "Noche de lectura".
LECTORES SIN REMEDIO
Este blog tiene su origen en la página semanal de libros de "Diario de Jerez", "lectores sin remedio", que llevamos escribiendo desde el año 2007. Aunque el blog no es necesariamente una copia de la mencionada página, en él se podrán leer artículos que aparecen en ella. Pero el blog, por supuesto, pretende ser algo más... Los responsables son los dos lectores sin remedio, de los que facilitamos la siguiente información: Ramón Clavijo es Licenciado en Historia por la Universidad de Sevilla y es actualmente Técnico Superior Bibliotecario del Ayto. de Jerez de la Frontera. Está especializado en fondos bibliográficos patrimoniales. José López Romero es Doctor en Filología Hispánica por la Universidad de Sevilla y actualmente es Catedrático de Lengua y Literatura en el I.E.S. Padre Luis Coloma de Jerez de la Frontera. Especializado en la literatura dialógica del s. XVI y en la novela del s. XIX.
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